jueves, 8 de agosto de 2013

Tarta de galletas (la de toda la vida)





Coletas bien estiradas, el cuerpo moreno del aire libre y la cara pecosa, fueron los atributos en una divertida niñez en los campos de Voznuevo, en Boñar (León). Junto a mis primos y mi hermano en días de risas y juegos pasaba las vacaciones estivales con la alegría propia de la infancia, cazando saltamontes entre las altas hierbas y cogiendo renacuajos en las acequias. Sentados a la puerta de la iglesia se nos alargaba la noche contando cosas a los amigos y agotados de tanto saltar y correr llegábamos a casa expectantes por ver los dulces con que nos obsequiaba tía Tina. En ellos ponía todo su cariño y ternura. Recién cogida la leche de las vacas, preparaba la crema de mantequilla , añadía el Cola Cao y con un paquete de galletas obtenía una tarta con la que nos chupábamos los dedos. Hoy la traigo aquí, añorando las vacas mugiendo en el establo, la risa de mi tía y los recuerdos de mi niñez. 





Ingredientes:
-leche
-galletas
-Nocilla, nutella, mantequilla con Cola-Cao (a vuestra elección, la nuestra de hoy es de nocilla)
Vertemos la leche en un plato hondo y vamos pasando las galletas que después de mojadas pondremos en el plato que vayamos a servir la tarta.
Haremos una capa de galletas mojadas en leche que cubriremos con la crema elegida, así sucesivamente hasta conseguir la altura que queramos, terminando con la crema y decorando a nuestro gusto, en mi caso unas bolitas de cereales cubiertas de chocolate, también podemos utilizar galletas machacadas, cacao en polvo,...
No puede ser más sencilla, así que animaros porque merece la pena. 
Vamos ahora con nuestro relato, sigo con Carlota en Buenos Aires.


He bajado temprano al desayuno, sorprendida por el frío que azota la ciudad; no consigo acostumbrarme a este cambio climático que me tiene encogida sobre el estómago, con las manos ahuecadas en torno a una taza humeante de manzanilla. Desde el buffet del desayuno se observa el viento golpeando las marquesinas en las aceras y negros nubarrones pasan veloces por el cielo bonaerense. Espero pacientemente a Carlota, a quien se le han pegado las sábanas a pesar de las revelaciones de ayer. Ya no se siente presa de un engaño y acepta con ternura las razones que han llevado a James a callar o a decir verdades a medias. No obstante, aún no sabemos cómo se tomaron la noticia en el entorno de Suri, una Annie que la ama sobre todas las cosas y una Victoria que la considera hija y que en ocasiones ha sido su mejor consejera. Entretanto, Margot ha madrugado para llevarnos a realizar algunas compras y de paso a transitar por el centro de la ciudad. Nuestro tiempo se agota y tan sólo permaneceremos lo justo para que Margot pueda acabar de hilvanar sus últimas averiguaciones. Margot no siente el frío que a nosotras nos estremece y se mueve con naturalidad y agilidad por las calles densamente pobladas. Aunque ateridas por el fresco tan sólo suavizado por dispersos rayos de sol, salimos hacia la Plaza de San Martín, en sana camaradería, dispuestas a sacar petróleo de unas tarjetas de crédito exhaustas.
Cuando llegamos a Santa Fé ya no sentimos las manos enfundadas en los bolsillos, y acometemos las Galerías Pacífico como una isla en medio del océano. La abundante presencia de gente en Corrientes y el discurrir rutinario de la ciudad sacunden mi aturdimiento y en una cafetería frente al teatro Tabaris, pedimos algo caliente y nos aprestamos a escuchar una nueva carta de Victoria.

 Querido Andrew:
¿Cómo pudimos estar tan ciegos? ¿Cómo no nos dimos cuenta de que con nuestra inacción estábamos dando alas a este movimiento que ha puesto el mundo patas arriba? Me pregunto si no será tarde. Desde luego que lo es; al menos para muchos. Me cuentas la reunión a la que has asistido como espectador entre Jan Karsky y el presidente polaco Sikorski, en la que han intentado informar objetivamente de lo que sucede en Polonia, y se me han puesto los pelos de punta. Ese hombre de ascendencia libre se arriesga exponiendo su vida a visitar un campo de concentración en Izbica y a adentrarse en el gueto de Varsovia sin saber si podrá salir de él. Y todo para qué. Sí, luego dirán que fueron advertidos y que pusieron los medios; que poco más se podía hacer; que también nosotros sufrimos pérdidas. Pero no te quepa duda de que la historia nos marcará para siempre. Se habla de cientos de miles de ejecutados, incluso de millones de judíos recluidos en campos o hechos desaparecer sin dejar huella. Escuchamos a Karsky; pero eso es todo. Se me revuelven las tripas al pensar que no puedo hacer nada, que mi contribución es tan exigua que no aportará consuelo entre los que padecen tantas calamidades. He escuchado a María del Carmen gemir en la noche, asustada por las bombas que vomita el cielo; la he cobijado bajo mi manto al tronar de los aviones que volvían cada noche y sólo de pensar el dolor que podía provocarme su pérdida se me aflojan las piernas. Así pues, pienso en cada madre separada de sus hijos, condenada al padecimiento físico pero más aún al tormento de no ver más a sus seres queridos, y se me abren las carnes. Doy gracias al cielo por seguir rodeada de los míos aunque tus apariciones sean esporádicas, y por gozar de salud pese a las penurias obligadas por una guerra que se me hace interminable. ¿Llegará el final, Andrew? ¿Todavía habrá esperanza para el género humano? Tú eres optimista ahora que los americanos se han implicado en forma global, asustados los nazis por el frente comunista y lacerados en sus costuras por la resistencia en tantos y tantos lugares. Pero yo soy más pusilánime y veo partir al frente a los muchachos que debieran hacer progresar una nación libre. Atrás quedamos las mujeres y los niños escuchando las aventuras de los ancianos que dejó la vieja Guerra, acurrucadas en los vanos de las puertas, esperando noticias de aquéllos que partieron, sin más consuelo que el llanto de los lactantes y el palpitar constante de nuestros corazones.
En lo cotidiano, con el regreso de nuestro casero las visitas del joven James se suceden a diario. No oculta sus intenciones y tan pronto llega galantea con Suri de manera algo indecorosa. Sé que ella suspira por Sasha, pero también sé que es consciente de la dificultad de su empresa. Todo se opone a un amor condenado al fracaso y aunque le damos alas, las circunstancias se encargan de quitarnos la razón. Hace demasiado tiempo que no sabe nada de él; y como auscultando a su presa, James se encarama en su atalaya de petulancia y soberbia escondiendo las garras, luciendo la mejor de sus sonrisas; esperando pacientemente el momento de abalanzarse sobre ella. Estos devaneos fruto de mi parcial visión de la realidad no tienen una base sólida y Suri le rie las gracias y se muestra complaciente, en una evidente discreción, con sus requiebros. Annie parece ajena; la vengo viendo cansada, agotada, en muchas ocasiones absorta en cavilaciones que me preocupan. En el hospital hay un trasiego de gente que le va minando la moral: le he pedido que se tome algunos días para descansar en el campo o junto a nosotros para recobrar las fuerzas, pero es inútil, tan cabezota que prefiere seguir deteriorándose a ojos vista haciendo turnos interminables. Por mi parte no me atrevo a irle a Suri con mis chismes sin base en qué sostenerlos. O bien encontraré pistas que prueben que tengo razón, o bien me comeré mis palabras. Esa persecución de una felicidad colectiva me tiene en una increíble comezón. Y en apariencia todo fue bien hasta que Annie dijo que tenía que emprender un viaje de trabajo. Nos ocultó a todos sus intenciones, incluso yo misma me dejé convencer con sus vanas explicaciones; pero, ¿acaso no deambula la gente en medio del caos sin más razón que su mera presencia? La aguijoneamos a preguntas, pero sus respuestas siempre tenían consistencia. Francia no quedaba tan lejos y debía ayudar a su equipo médico, experimentado en acciones bélicas. Creo que ni tú mismo sabías nada y aunque te he pedido que investigues sigues nadando en la ignorancia. Quizás sea mejor así. Prometió escribirnos y me dejó al cuidado de su Suri. Ansiosos aguardamos sus noticias, que de momento no llegan. El resto nos hemos convertido en un barco a la deriva. Poco puedo hacer enfrascada en un trabajo que me absorbe y que me deja agotada cada noche. Un disperso tropel de niños se organizan a su manera sin nadie que les guíe y ello me provoca congoja y pesadumbre. Espero tu retorno cuando más falta me haces; ausente Annie y yo extenuada, tu presencia se hace ineludible. Dime que volverás pronto y hazme recuperar las fuerzas que me fallan, pues a tu ausencia debo sumar el miedo que me provoca la de Annie. Tuya en la distancia, Victoria. Londres 09 de agosto de 1943.

Margot ha encogido los hombros, ha enarcado las cejas y con su mirada ha dejado una pregunta en el aire. ¿Qué ha pasado con Annie? Todas nos preguntamos lo mismo tras esta carta lacónica cargada de impaciencia. Los nervios de Victoria, a la que notamos especialmente sensible e irritable, han traspasado el tiempo y se han adueñado de nosotras. También en este lado del océano queremos saber qué ha pasado con Annie, a qué se debe su repentina partida y en qué modo afecta al grupo de las islas. No obstante se ha hecho tarde y enfilamos Retiro con la Torre de los Ingleses como telón de fondo antes de despedirnos hasta horas antes de nuestra partida. En zozobra, una mujer a la que hemos introducido en nuestro mundo, se pierde cavilando entre el gentío. Solas quedamos Carlota y yo, pegadas al asfalto, zarandeadas por un viento que no ceja. Cuanto mayor es la carga en los hombros de Victoria más la amamos.



13 comentarios:

  1. Sencillo y rico! Que ganas de comerme un bocado, aún así a estas horas! Besos, Mara :)

    ResponderEliminar
  2. Qué fácil parece y con una pinta estupenda, seguro que me animo. Un besico y gracias.

    ResponderEliminar
  3. Ayyy que deliciaaa Sencilla y rápida !!! Lo tiene todoo
    Gracias x recordármela !! La haré segurísimo
    Buen finde
    Besoo
    Mica

    ResponderEliminar
  4. Que tarta tan estupenda ¡¡¡¡¡ Fácil, rápida y seguro que buenísima.
    Tengo que hacerla...
    Besos

    ResponderEliminar
  5. Angeles, siempre tan practica! Imposible no caer en la tentacion de hacerla!!! No la conocia, ya te contare como me ha quedado.
    Una nueva arista se habre en este relato de ficcion con toques tristes del pasado, yo me pregunto, similar a como lo hizo Victoria:
    Todavìa habrá esperanza para la " moral " del genero humano?? ....
    Hasta la proxima cita!!!
    Cariños
    Angeles

    ResponderEliminar
  6. Me encanta!!! Los postres de toda la vida son los mejores, esta tarta nunca falla, aún no conozco a nadie que no le guste.
    Un besote guapa :)

    ResponderEliminar
  7. Esta tarta es riquísima!! y la has decorado preciosa. besos

    ResponderEliminar
  8. oooh! esta tarta la hacia yo de pequeñoo! que recuerdos :)

    Muchas gracias por tus comentario, seguiré los pasos que mes has indicado.

    Un abrazo, Raúl.

    ResponderEliminar
  9. Hola Angeles, como he recordado parte de mi infancia en el pueblo… y la tarta… nosotros también la hacíamos… pero que riquísima estaba…
    Un besazo, siempre es un placer leerte.
    Vir

    ResponderEliminar
  10. Hola te acabo de conocer por mi amiga Tania he visto tu tarta en su pagina y es deliciosa me encanta esta tarta y tu blog haces unas cosas muy ricas me quedo de seguidora y te dejo mi enlace por si quieres visitarme y nos leemos
    un saludo
    http://eltoquedebelen.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar
  11. Ángeles, cuando he visto esta tarta, mi suegra me ha venido a la memoria, jajajaja. La hace a menudo y es una de mis tartas favoritas!!!!! Las bolitas tres chocolates quedan muy graciosas...

    Muchos besos.

    ResponderEliminar
  12. Con tanto furor por la repostería creativa se nos ha olvidado lo ricos que estaban los postres de toda la vida que preparaban nuestras madres. Aún puedo salivar solo de recordar un postre que hacía la mía a base de capas de galletas, chocolate, galletas, natillas y así sucesivamente...

    B7s!

    ResponderEliminar

Me gustan tus comentarios, me encanta leerlos todos, gracias por molestarte en escribirlos.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...