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jueves, 10 de octubre de 2013

Galletas decoradas para Halloween


Que la globalización tiene cosas buenas y otras no tan buenas es cosa sabida; y al igual que nosotros exportamos tradiciones y costumbres, también importamos modas que si bien tienen defensores y detractores, no dejan de estar instaladas en la vida cotidiana de la gente. Los niños disfrutan con la petición de dulces, con los disfraces y los sustos .Y las calles, a la caída de la noche, se llenan de fantasmas, espectros y zombis de diversos tamaños, las más de las veces más asustados que los propios moradores que abren las puertas bolsa en mano para cumplir con la tradición. Quienes vivimos en zonas menos pobladas, no tan transitadas de vehículos, les vemos alejarse calle abajo, cogidos de las manos, temerosos de las zonas sombrías y no podemos por menos que reirnos por lo bajo. Llegará ese día y la historia se repetirá.



Como siempre, si os animáis a hacerlas tenéis la receta de la masa aquí y la de la glasa aquí.
A continuación, vamos con Victoria.


“Durante los primeros años no hizo alusión en ningún momento a mi abuela. Di por supuesto que había muerto durante la guerra y que su recuerdo resultaba doloroso para la familia. Pero poco a poco, siempre a espaldas del abuelo, conforme iba creciendo, se le fueron escapando alusiones a lo poco que recordaba de ella y a lo que pudo ir descubriendo con el correr del tiempo. De cuando en cuando se ausentaba en episódicos viajes a lugares remotos, donde siempre viajaba sola, auspiciada por un trabajo que la obligaba a deambular constantemente. Lo que no podía imaginar es que aprovechaba sus salidas para asistir a las conferencias que por medio mundo daba su madre y que oculta bajo el ala de un sombrero y las solapas de una gabardina, en las últimas filas de abarrotadas salas y teatros, daba rienda suelta a su dolor. Con mi mayoría de edad y su posterior decaimiento fue narrando alguno de esos episodios y creí vislumbrar una comprensión de la que no era partícipe. Había aprendido a odiarla con tanta fuerza que ni siquiera la conmiseración de mi madre fue capaz de redimirme. A ojos vistas veía la decrepitud de una mujer que me había dado cuanto pudo, que me protegió en una familia entregada en mi educación y mi progreso, y la vi marchitarse sin el consuelo de sus ancestros. Fue por eso por lo que nunca pude perdonar a Suri. No pretendo que me entiendas, ni intenté que me entendiese Victoria, el vacío era tan grande que no importó lo que quedaba en el camino. Me aferré a un futuro en un entorno que me preservase de la influencia del aura de beatitud con la que la conocieron sus amigos. Para mi fue alguien despreciable que abandonó a mi madre a su suerte, que jamás regresó para reclamarla y por la que no pude sentir ningún tipo de cariño. Mi dolor siempre fue no poder darles una última oportunidad. Si ella no lo intentó, no puedo culparme. Espero que mi explicación te haya satisfecho, porque nunca, me oyes, nunca, volveré a ofrecértela. “



Le había costado. Fue un terrible momento por el que ambos debíamos pasar. Temí esa reacción iracunda que en ningún instante había vislumbrado y me estremecí en un temblor cercano al pánico. Tras sus pupilas asomaron trémulas las pupilas de su abuelo, su gesto violento y el torcido ademán de una mueca grotesca. 
Dejé una nota por la mañana en la mesa del salón, junto a la foto de su madre. Le pedí unos días de reflexión para asimilar cuanto había salido a la luz e hice rápidamente el equipaje. Margot me acompañó al aeropuerto; todavía le quedaba trabajo en Londres. Por un momento me vi huyendo como había hecho Suri tantos años antes y un fuerte viento golpeó mi rostro antes de subir a la carlinga. Lo primero que he hecho ha sido venir a verte; así que venga ese café bien cargado y una carta de Victoria, por favor.


Qué cantidad de cosas han ocurrido en un intervalo tan corto de tiempo. Apenas puedo creer lo que me cuentas. Ya imaginaba que lo de Berlín era cosa hecha y que caerían los más altos cargos; pero lo del suicidio de Hitler y de su compañera sentimental en su refugio me ha pillado a paso cambiado. Debieron pensar que cuando veas las barbas de tu vecino pelar, pon las tuyas a remojar; y Mussolini ya había sido ajusticiado por los partisanos, y en su propia casa. Si es que se venía venir, que el que mucho abarca poco aprieta y a esos dos el mundo se les había quedado pequeño. A ver cómo queda ahora la cosa, que todos estos gerifaltes van a querer repartirse el pastel y seguro que ya andan dividiendo países o anexionando territorios. Y encima va el americano de la silla y las gafitas y se muere, justo después de jurar el cargo. Ver para creer; menos mal que el nuevo ya está avisado y viene con la lección aprendida. Pero el tal Iosif Stalin no me parece trigo limpio que tiene la casa toda revuelta y viene aquí a dar lecciones de moralidad y equidad. No creo que se conforme con poca cosa y menos habiendo sido los primeros en entrar en Berlín. Y luego vas tú y me sales con que aún no regresas, que te vas a colaborar con ese reparto que ni nos va ni nos viene. Si al menos te estuvieses haciendo rico, pero ni eso, que aquí vamos cada día más justos y tú, entretenido por esos mundos de Dios, que cualquier día te devuelven a casa metido en una caja de madera con tanto loco como anda suelto por ahí. ¿Es que no te valen de nada mis súplicas?¿ Acaso sólo cuentan tus caprichos? Qué valor tiene ser importante si tienes la casa manga por hombro, abandonada desde hace una eternidad. Pues que sepas que mi paciencia tiene un límite y que estoy de los nervios con tanto ir y venir. Que serán pocos días, que en un santiamén se celebran las conferencias, se cambian los cromos y aquí paz y después gloria. Te creerá Rita; porque una servidora; también la guerra iba a durar un suspiro y se nos ha ido lo mejor de la vida. No has visto crecer a tus hijos, ni has construido una casa para la vejez, ni has sabido comprender mis necesidades. Perdona que te grite, pero es que no tienes remedio; te lo dije en tu última escapada, pero ¿de qué me sirvió? Me consolaste, unas pocas caricias, un chocolate caliente en el desayuno y a otra cosa. Que ya te tengo muy calado. ¿Cambiarás algún día? No lo creo, ya he perdido la esperanza. Así pues, mis ansias porque todo toque a su fín se incrementan con tus ausencias y no veo el momento en que el mundo discurra sin sobresaltos y podamos recuperar nuestras vidas.

Tendrás que contarme qué pasa con los japoneses, que no se quieren enterar de que esto ya no tiene sentido y andan a la greña con los americanos, esperemos que la cosa no vaya a mayores.

Aquí estamos con los preparativos de boda de Suri. Qué quieres que te diga, yo no la veo feliz. Sí, está ilusionada, pero radiante, como debería estar una novia en vísperas, sinceramente, no. Le he preguntado, pero se hace la esquiva, me habla de los nervios, de las prisas, de su compromiso, pero no le brillan los ojos, cuando habla de James su tono es neutro, sin matices. Su familia política es quien ha atado y bien atado todo, apenas me he tenido que ocupar del vestido y de algún pequeño detalle para los invitados; en todo lo demás los Culligham se han mostrado más que generosos. Algo que sin duda nos ha venido de perlas, tal y como tenemos nuestros bolsillos. María del Carmen sí se muestra ilusionada, va a ser dama de honor y a llevar las arras en un bonito cojín de encaje que he rescatado del baúl de los recuerdos. Contínuamente la descubro siguiendo los pasos de su hermana mayor, metiéndose en sus zapatos y probándose la tiara. Todos hemos roto a carcajadas cuando la hemos visto y ella se ha mostrado enfadada con nuestro contento. Julen al fin me ha manifestado su inquietud y en un momento de debilidad ha confesado que al termino de la boda quiere iniciar los trámites para partir hacia América. ¿Te lo puedes creer? Quiere dejarnos para buscar una tierra de oportunidades al otro lado del Océano. Todavía no me he repuesto, no me hago a la idea. Me ha afectado tanto que no he sabido qué contestarle. Espero tu regreso para que tengas unas palabras con él. Será difícil que cambie de idea, es tan terco como tú, pero al menos hay que intentar detenerlo el mayor tiempo posible. Lo veo todavía como un niño. Suri, Julen, ambos buscando una vida lejos de nosotros, no, no puede ser, aún no. ¡Ayúdame,por favor! A pesar de mi enfado, te sigo queriendo como el primer día, Victoria, Londres, 15 de mayo de 1945.

Durante la lectura Carlota se ha tumbado y ha colocado la cabeza en mi regazo; acariciando sus cabellos se ha ido adormilando. Respira con tranquilidad y ese sosiego me complace. Así que lentamente me levanto, deposito su cabeza sobre un mullido cojín, y de puntillas salgo de la habitación. Al apagar la luz todavía la escucho removerse inquieta. Entorno la puerta y salgo pidiendo silencio a mis pasos.




19 comentarios:

  1. uuuau que pasada de galletas!!! Son preciosas!!! Me encantaria saber hacerlas, aunque un poco complicadas para mi!! Son preciosas, jolines, yo quiero! Un besote guapa

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  2. Me parto con el fantasmita que lleva guirnalda, es total! Me encantan de hecho todas tus galletas y las encuentro terorrificamente simpaticas! Muchos besos :)

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  3. Están fenomenal !!! Un besito muy grande.

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  4. Mira que no soy yo mucho de Halloween!!! jajaja, pero las galletas son magníficas, como siempre.
    Estoy de acuerdo con Mara en el fantasmita de la guirnalda. Por Dios, que mono!!!!

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  5. Hola guapa, qué preciosidad de galletas, me encantaría poder hacerlas, pero soy torpe para esas cosas jajaja
    Te han quedado verdaderamente fantásticas, maravillosas!
    Un besito enorme!

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  6. Te han quedado geniales y súper divertidas.
    Besos grandes

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  7. Qué monas por favor, Ángeles, me encantan. A mi tampoco me gusta Halloween, pero estoy preparando una entrada este año para ese día. Un besico.

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  8. No soy muy amiga de Halloween porque no disfruto con el miedo ni el terror por mucho que sea de broma, pero reconozco que también participo de la fiesta a través de la repostería. Te felicito por tus elaboradísimas galletas!!
    Un beso,
    Arantxa

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  9. Ohhhhh¡¡¡¡¡¡¡¡ Que bonitas te han quedado....
    La casa me encanta, el fantasma chulísimo, las lápidas... monísimas (¿¿monísimas unas lápidas ??????)
    Felicidades.
    Besos.

    Mercedes

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  10. Son preciosas todas, y tan divertidas...
    Pero incapaces de hacerlas: hay que ser muy artista..
    Besos y buen finde.

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  11. Pero que pedazo de artista eres, que preciosidad, estas galletas solo pueden hacerlas manos especiales como son las tuyas, unas manos dignas de todos los elogios Mil besicos cielo

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  12. Guaaaau! Vaya galletas, un trabajo impresionante!

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  13. Ohhh!! No, no creo lo que veo, tendre que ir a tocar tu puerta, decir galletas o susto y que me des esas galletas!!!!!!!
    El relato.... Como marcamos el futuro de nuestros niños no?....
    Espero q corran buena suerte, seguro q los nuestros si!
    Hasta la proxima semana!!!
    Besitos y sustos dulces para toda tu familia!!!

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  14. Me encantan ver los blogs teñidos de halloween! me quedo por aqui siguiendote para seguir viendo cositas tan lindas ^^

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  15. Me alegra mucho haber conocido tu blog, es una lugar estupendo donde la fantasía, creación y estilo están muy bien hermanados. Preciosas galletas. Me quedo encantada a seguirte.
    Besos

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  16. La galleta de la calabaza y la de R.I.P. están logradísimas. Es genial hacerlas y repartir galletas y no caramelos. Todo es cuestión de animarse. Aunque pensándolo bien seguro que yo me las comería todas. Besoooos 40ytantas

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  17. Qué pasada de galletas Ángeles!!!! Qué pena que tu casa me pille tan lejos sino estaría llamando a tu puerta la noche de halloween diciendo ¡truco o trato!
    Un besote!!!

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