jueves, 19 de diciembre de 2013

Turrón de chocolate tipo Suchard


Esta navidad quizás sea distinta o quizás como las anteriores. Al menos, retornar a mis recetas de dulces y a la vida de Victoria, me hacen sentir que el tiempo pasa para mejor, que retomar las viejas aficiones para hacer de lo cotidiano costumbre es un resurgir de las cenizas y me permite afrontar lo venidero con el optimismo de que al otro lado de estas líneas, disfrutando como yo de mi familia, mis amigos y de la calidez de mi hogar, existe gente a la que le gusta lo que hago, con la que me siento cómplice y por la que me esfuerzo cada día con el mismo gusto con que hice este turrón. A vosotros os dedico esta receta y mi relato. Gracias a todos por estar ahí.




Receta sencilla donde las haya, animaros y preparar el turrón de chocolate este año en casa, no querrán otro.

Ingredientes:
-225 gramos de chocolate con leche
-25 gramos de chocolate negro
-125 gramos de nutella
-1 cucharadita de agua con sal
-20 gramos de manteca de cerdo
-50 gramos de cereales (tipo choco crispies)

Preparamos un molde de silicona para verter sobre el nuestra mezcla. En caso de no disponer de uno, podemos prepararlo cortando a lo largo una caja de leche o de zumo que lavaremos y secaremos bien. Será un molde perfecto que no necesitará ni siquiera forrado.
Vamos a ello.

Ponemos un cazo al baño maría para derretir los chocolates. 
Ponemos la nutella con la manteca y el agua salada en un bol, templamos al microondas solo para ablandar un poco y mezclamos.
 Juntamos las dos mezclas a las que añadimos los cereales y vertemos sobre el molde que hemos preparado con anterioridad. Dejamos enfriar a temperatura ambiente y ya lo podemos desmoldar.

En casa preparábamos otra receta sin nutella y con más chocolate negro que también sale muy bueno, pero se parece menos al de la marca comercial que todos conocemos. Os pongo los ingredientes por si queréis probarlo. Recomendable para los amantes del chocolate negro.

Ingredientes:
-200 gramos de chocolate con leche
-75 gramos de chocolate negro
- 50 gramos de cereales (choco crispies)
-30 gramos de manteca de cerdo (utilizo la marca El Pozo, a la venta en supermercados)

La forma de hacerlo, igual que en el anterior. Ponemos los chocolates al baño maría.
Templamos la manteca de cerdo al microondas y mezclamos con el chocolate y los cereales. 
Verter en el molde y lo tenemos listo para disfrutar.
Vosotros elegís, comprarlo o hacerlo en casa, yo creo que no hay excusa, se hace en un momento y prácticamente no manchamos nada.
Espero que lo disfrutéis tanto como nosotros.




No me ayuda el mal tiempo en la convalecencia y sí las palabras de apoyo de la gente que bien me quiere. A sus cálidas palabras de ánimo respondo con agradecimiento y prometo poner de mi parte para que el restablecimiento sea completo. El tiempo ha pasado volando y aunque triste, escucho con agrado a Carlota entreteniéndome con su verborrea, poniéndome al día en dimes y diretes, criticando o halagando al mundo circundante. En esos ratos de ocio es cuando aprecio que el mundo gire, que no se haya detenido como un mecanismo estropeado y que me obligue a caminar aunque a pasitos cortos, con determinación y lucidez. Me insta Carlota a recuperar la pista de Victoria, dormida en los cajones de la cómoda y no puedo defraudarla; también yo siento algo de curiosidad y quizás aleje mis funestos pensamientos.

Querido Andrew:
Esta ciudad es agotadora, apenas duerme, enfrascada en un vaivén de emociones que llevan a la gente a salir a la calle en tropel para pasear, comprar, comer o cualquier otra actividad que les satisfaga. Cualquier excusa es buena. Pero ciertamente, cuesta acostumbrarse cuando se viene de la tradicional Europa. Julen se ríe de mí y me exhorta a que me contamine del espíritu consumista y alegre de los neoyorkinos, pero me temo que sea demasiado tarde. A esta ausencia de iniciativa, debo sumar el exigente trabajo que desempeño junto a Julen, a las maratonianas jornadas
comenzadas antes de la salida del sol y a este clima húmedo que me tiene los huesos ateridos. Me voy haciendo vieja, ya puedes hacerte a la idea. Poco queda de aquella mujer que abandonó el S.S. América en el puerto de Elis, con una niña cogida de la mano y un hatillo con cuatro pertenencias, aquella que muerta de miedo ante lo imprevisto se demoró más de lo deseado en unos fatigosos trámites que la permitiesen convertirse en ciudadana americana. Cuantos pasajeros desembarcamos, perdida la efusividad primigenia, fuimos conscientes de nuestro punto de no retorno, de que el empujón que nos había lanzado a un mar inhóspito sólo se produciría en una dirección. Las viejas fotografías en los dobles de los gabanes, el pelo encanecido de mil batallas. Y aún me preguntaba a qué venían las caras largas, los ojos llorosos y los hombros caídos; en la retina perduraban las calles polvorientas de una Europa sumida en el caos y el desgobierno. Una vez en tierra anhelábamos un sueño de libertad del que carecimos en el pasado, para formar parte de una población dinámica, ebria de felicidad por una guerra extinta. No obstante, también la paz resulta dura para quienes buscan un comienzo, un camino de prosperidad que no siempre llega.
Gracias a la Directiva Truman, fueron muchos los judíos que entraron en Nueva York en los primeros años de la posguerra, muchos de ellos polacos huyendo de la violencia antisemita el Pogrom de Kielce. Sí, también los vencedores odiaron a los judíos. Y yo me acuerdo cada día de nuestra Suri, inmersa en el centro de esa espiral de odio, buscando denonadamente un atisbo de un amor que fue y del que no tuvo noticia.
Pero no quiero aburrirte con mis tristezas. Estamos bien y cada día nuestra fortuna parece sonreírnos. Tras recogernos en el puerto y colmarnos de abrazos y carantoñas, Julen nos introdujo en un taxi y nos condujo a nuestro nuevo hogar. Es un barrio nuevo llamado Jersey, de casas bajas y negocios incipientes, con una población de habla hispana numerosa, altos árboles de frondosas copas y grandes avenidas. Me sobrecogió la anchura del río Hudson y crucé el Puente de Washington con la ilusión de una colegiala en su primer día de colegio. Los coches ocupaban los carriles en un lento devenir hasta que aquella pequeña casa, adherida a un comercio con luces de neón y amplias cristaleras, llamó nuestra atención. El taxi se detuvo y Julen nos animó a descubrir cada habitación, perfectamente decoradas, independientes la mía y la de María del Carmen, con una amplia cocina preñada de electrodomésticos, un gran ventanal al sur y una chimenea en el salón que me acompañaría en los días venideros. No pude evitar soltar una lágrima de felicidad.
Aquel niño pequeño ponía a nuestros pies un futuro surgido del océano que acabábamos de atravesar. Le abracé y besé hasta sonrojarle mientras María del Carmen iba de acá para allá probando sillones, sillas y butacas, el colchón de su cama y las cortinas de sus ventanas; abrió armarios y baúles. Las risas de los niños en las aceras y el dulce piar de los pájaros se convirtieron en cómplices de esos primeros pasos. Un cielo de opacas nubes desafió nuestro futuro.
De aquello hace tres años.

5 comentarios:

  1. Ángeles, qué alegría me ha dado que vuelvas a publicar, me has alegrado el viernes. Espero que mejores poco a poco. Mucho ánimo. Disfruta de lo bueno que tienes en la vida, siempre positiva. Disfruta de tu familia y de los pequeños momentos que vivas con ellos estas Navidades. Yo también publicaré un turrón de chocolate que suelo hacer, el viernes que viene, qué caualidad. Tiene una pinta estupenda. Un besico y Feliz Navidad.

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  2. Que sorpresa, Angeles!!! Te iba a escribir antes de las fiestas para que me contaras que tal seguías y mira tu por donde apareces en el escaparate.
    Lo primero: Un beso gordo
    Lo segundo: Espero que estés bien y tu vida haya recuperado el dulzor de siempre.
    Lo tercero: Que dure ese dulzor y nos lo trasmitas con tus entradas.
    De verdad, me alegra muchísimo tu vuelta.
    Otro beso con abrazo de propina.
    Vir

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  3. Hola Ángeles!
    Qué alegría tenerte de vuelta, espero que estés mejor :)
    Te ha quedado un turrón estupendo y seguro que esta muy rico.Yo este año también me he animado a preparar turrón es casa, esta mucho más rico que el comercial y se prepara en un pis pas.
    Un beso muy grande, te deseo unas felices fiestas en compañía de tus seres queridos.

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  4. Hola Angeles, bienvenida, se te ha echado de menos, sabes? Me alegra mucho saber que estas aquí otra vez, que estás compartiendo con nosotras tu riquísimo turrón... Hace una semana pasaba hacía Teruel y por la autovía cuando pasamos al lado de Cadrete me acordé de ti... Muchos besos, muchos abrazos y muchos deseos de salud y felicidad te mando para el año que viene! Feliz Navidad,
    Mara :)

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  5. Hola Angeles! vengo de visita!! para desearte una muy dulce Navidad y un próspero Año Nuevo!! Que delicia de turrón, como lo casero nada...Mil besosss

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Me gustan tus comentarios, me encanta leerlos todos, gracias por molestarte en escribirlos.

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