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jueves, 20 de febrero de 2014

Cupcakes de frambuesa con ganache de chocolate blanco


Soplando pestañas. Es curioso como las viejas costumbres arraigan en nuestros hijos, pues veo a Candela por la mañana llevarse el dorso de la mano a los labios, entrecerrar los ojos pensativa y al fin exhalar un chorro de aire para hacer volar el pelo desprendido. He sonreído, pero también en mi inocencia he recordado cuando lo hacía de niña junto a mi hermano, ambos soñando con un futuro esperanzador, nada material. Y ahora, al cabo de los años, observando a Candela en su entretenimiento me pregunto si alguno de aquellos sueños se habrá cumplido. Estos desayunos de cupcakes y sueños junto a los míos me otorgan la energía necesaria para enfrentarme a lo que depare el día. Haced lo mismo y sed felices.



La receta es del libro de Patricia Arribálzaga, aunque en nuestro caso hemos sustituido el limón por naranja para la masa y la crema de frambuesa por una ganache de chocolate blanco. El resultado delicioso.

Ingredientes:
Para el bizcocho:
-200 gr de mantequilla a temperatura ambiente
-200 gr de azúcar
-ralladura de una naranja
-1 cucharada de zumo de naranja
-300 gr de harina tamizada
-4 huevos M
-12 frambuesas enteras (pueden ser congeladas pero deberemos descongelarlas antes de ponerlas en nuestros cupcakes)
-almíbar de limón (50 gr de zumo de limón, 50 gr de agua y 100 gr de azúcar, llevamos a ebullición y retiramos del fuego)

Para la ganache:
-300 gr de chocolate blanco
-50 gr de nata
-40 gr de zumo de naranja previamente concentrado (120 gr de zumo natural que llevamos a ebullición hasta que quede 1/3 del líquido)
Tambien podéis hacerlo con una ganache normal sustituyendo la naranja por 40 gr más de nata.

Precalentar el horno a 180 grados.
Batimos la mantequilla con el azúcar hasta que blanquee. Añadimos los huevos ligeramente batidos poco a poco y seguimos batiendo hasta que se integren. Ponemos el zumo y la ralladura de naranja. Añadimos por último la harina en tres tandas y mezclamos lo justo hasta integrar.
Ponemos masa en la base de los moldes, colocamos una frambuesa y seguimos llenando con la masa hasta las 3/4 partes.
LLevamos al horno 20 minutos (dependiendo de cada horno). 
En el momento de sacarlos untamos con un pincel el almíbar de limón que teníamos reservado.

Para la ganache, derretimos el chocolate al microondas de 30 en 30 segundos. 
LLevamos la nata a ebullición y añadimos al chocolate batiendo sin parar para que no se nos queme. Añadimos el zumo concentrado y seguimos batiendo hasta que quede totalmente integrado.
Dejamos reposar 24 horas a temperatura ambiente.
Al día siguiente montamos con la batidora de varillas. Metemos en una manga con boquilla rizada y decoramos nuestros cupcakes.

Nosotros hemos realizado unas flores con fondant también de Patricia Arribálzaga. 
Un resultado delicioso, la acidez de la frambuesa con el dulzor del chocolate blanco combinan a la perfección. Miguel y Candela como es habitual los disfrutaron muchísimo.



Carlota me ha enviado un mail que me ha emocionado y me ha recordado una carta de Victoria quizás poco relevante, pero de la que surge con fuerza el icono de la libertad. En ella dice:
Querida, no vas a creértelo, pero he decidido coger el toro por los cuernos. Ya estoy harta de la angustia que provoca en James su pasado y la relación que me une a él. Así pués, en un desapacible día de invierno he cogido a James de la mano y antes de dejarle en el trabajo le he conducido hasta el Monumento al Gran Incendio de Londres de 1666. Hemos ascendido hasta la cúpula de esta columna dórica y le he mostrado la ciudad a sus pies, próximos al epicentro del incendio, la panadería del Rey en Pudding Lane. Quería evocale a Victoria y a la lucha que se mantuvo en esta ciudad que ahora contemplamos, desde la atalaya de la democracia, antes de arrastrarle hasta la estación de Liverpool y deternos ante el memorial a Nicholas Winton. Le hago observar durante unos segundos las figuras de los niños allí representados y le señalo con el índice una especialmente querida. Viendo a la niña de las coletas trenzadas le he rogado que perdonase a su abuela, que se reconciliase con su memoria, pues no fue sino en su lucha por la libertad, la que le costó una vida cómoda y la catapultó a una vorágine de violencia y odio, como acabó perdiéndola. Lentamente ha sacado la vieja fotografía del bolsillo interior de la americana, la ha mirado con dureza y al fin, ha roto a llorar. Le he estrechado con la mayor dulzura de que he sido capaz y he comprendido, que después de tanto tiempo, ha llegado su redención. Hoy es más libre que ayer o debería decir, lo somos.”
Estoy encantada con esta noticia que aleja algunos de los fantasmas que me enemistaban con James y me recuerda el fragmento de una carta de Victoria donde un hombre negro comenzaba a fraguar un sueño:

Querido Andrew:
Tiene veinticuatro años y un extraño brillo en la mirada; tras sus gafas de pasta una mirada firme pero conciliadora amaga un rictus de sonrisa comedida. Viste un traje gris marengo con camisa blanca y corbata negra; bajo el sombrero una frente amplia y un pelo muy corto ensortijado le confiere un aire de chico bueno. Cuelga de su brazo su prometida Coretta, una jovencita con vestido de flores estampado por encima de las rodillas, bailarinas beige y gafas de montura metálica. En verdad hacen una hermosa pareja y les auguro una larga vida de felicidad. Han venido invitados por Bessy quien tiene una fe ciega en este pastor protestante de Atlanta, graduado en teología en la universidad para negros de Morehouse College y residente en Montgomery. Martin tiene el empuje de la juventud y un dogma contagioso de amor y pasión por lo que cree y embelesadas por sus palabras asistimos a la confirmación de un líder; no aboga por la violencia sino por la conciliación, desecha la discriminación y aspira al sufragio universal. Le seguirán en masa, no me cabe duda, como lo haremos Bessy y yo misma auspiciadas por unos razonamientos limpios y contundentes. Cuando han partido, a la hora del té (que aquí no se toma), ha quedado un halo de espiritualidad por la casa; sus denuncias no están hechas de reproches sino de manos tendidas. Les hemos acompañado a tomar el autobús a Newark de donde han salido agitando la mano a través de la ventanilla. Los individuos se hacen fuertes a través de la razón y nadie la tiene más que Martin Luther. Su sueño es el sueño de los hombres libres y nadie como yo entiende de eso.
Aquí se vive ajeno a los aconteceres de Europa; sabemos lo que la prensa cuenta, apenas migajas de lo que se viene cocinando en Londres sobre el perdón económico a Alemania. Me indignan estos economistas que basados en el pragmatismo a todo le confieren aspecto numérico, todo tiene un valor, incluso el perdón; y así asistimos a la quita de la deuda contraída con el mundo, la segunda en apenas unos años y debemos conformarnos pensando que no hay mal que por bien no venga, ya que haciendo fuertes a los alemanes estamos frenando el poder de los rusos en el este de Europa. ¡Vaya falacia! Aquí persiguiendo comunistas y en Europa bloqueándoles el paso convirtiendo al enemigo en un aliado circunstancial. Cada día estoy más perpleja y los derroteros que adquiere este mundo comienzan a asquearme. Y tú, ahí en medio, viendo el ir y venir de los estadistas dando por el culo a los que se quedaron en las playas de Normandía, en la estepa rusa y en los campos de Francia. Haz la espantada y deja que con su pan se lo coman; la tahona nos permitirá vivir de nuestro trabajo y sino, ya apechugaremos con lo que venga, que en peores hemos estado, ¿o no? Voy preparando el cuarto por si he conseguido convencerte aunque lo dudo. En cualquier lugar y en cualquier momento tu propósito será reconocido; no dudes que también entre los tuyos. Una mujer entre negros libres, Victoria, 1953.



11 comentarios:

  1. Qué recuerdos… yo también hacía eso con las pestañas. Ahora hijo, si estamos delante y no pedimos con el el deseo se enfada. Que inocencia tan bonita…
    Los cupcakes, quién los pillara?

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  2. Preciosos recuerdos, que ahora tu hija te hace recordar, bueno yo seria feliz, con un pastelito de estos para el desayuno, son una verdadera preciosidad, ademas de ricos me han encantado. Mil besicos tesoro

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  3. Ohhh, Ángeles qué pasada de cupcakes, el ganache de choloate blanco me encanta, igual puedeo sustituir las frambuesas por otra cosa, porque en casa no nos van mucho. Gracias por la receta. Que seas feliz tú también. Un besico y buen fin de semana.

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  4. Me encantan !!! Te han quedado super preciosos. Un besazo enorme. Espero que todo fenomenal. Feliz finde !!!

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  5. Madre mía que bonitos y que riqísimos! Me encantan! Un besote. La Caja de las Delicias

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  6. Al fin y al cabo los hijos no dejan de ser en muchas ocasiones, una imagen de sus padres....
    Y cuantas cosas no hacen recordar ¡¡¡¡¡
    Tus cupcakes tienen una pinta de morirse y las flores son preciosas.
    Besitos

    Mercedes

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  7. Mmmmmmm como me gusta esta combinación!!! Me encanta la receta, muchas gracias!! Un besazooo

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  8. Bonita costumbre, es algo que también mi hermano y yo solíamos hacer. De hecho, yo aún soplo mis pestañitas.
    Me encantan estos cupcakes, son preciosos y tienen que estar muy, pero que muy buenos =)
    Las flores son una monada ^^
    Un besote y a soplar!=)

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  9. Mmmmmm!! Si saben todo lo bonitos que son, estos cupcakes deben de estar riquísimos. Enhorabuena por la presentación. Te han quedado monísimos!!
    Besos,
    Arantxa

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  10. Hola guapa!
    Qué buenos recuerdo aiiiinsss
    Te han quedado unos cupcakes preciosos, además de deliciosos.
    Un beso muy grande!

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  11. Simplesmente Divino... Huuuuuuuummmmmmmm!!!
    Feliz dia Internacional da Mulher!!!
    Beijos Márcia (Rio de Janeiro - Brasil)

    http://decolherpracolher.blogspot.com

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