La receta es del libro de Patricia Arribálzaga, aunque en nuestro caso hemos sustituido el limón por naranja para la masa y la crema de frambuesa por una ganache de chocolate blanco. El resultado delicioso.
Ingredientes:
Para el bizcocho:
-200 gr de mantequilla a temperatura ambiente
-200 gr de azúcar
-ralladura de una naranja
-1 cucharada de zumo de naranja
-300 gr de harina tamizada
-4 huevos M
-12 frambuesas enteras (pueden ser congeladas pero deberemos descongelarlas antes de ponerlas en nuestros cupcakes)
-almíbar de limón (50 gr de zumo de limón, 50 gr de agua y 100 gr de azúcar, llevamos a ebullición y retiramos del fuego)
Para la ganache:
-300 gr de chocolate blanco
-50 gr de nata
-40 gr de zumo de naranja previamente concentrado (120 gr de zumo natural que llevamos a ebullición hasta que quede 1/3 del líquido)
Tambien podéis hacerlo con una ganache normal sustituyendo la naranja por 40 gr más de nata.
Precalentar el horno a 180 grados.
Batimos la mantequilla con el azúcar hasta que blanquee. Añadimos los huevos ligeramente batidos poco a poco y seguimos batiendo hasta que se integren. Ponemos el zumo y la ralladura de naranja. Añadimos por último la harina en tres tandas y mezclamos lo justo hasta integrar.
Ponemos masa en la base de los moldes, colocamos una frambuesa y seguimos llenando con la masa hasta las 3/4 partes.
LLevamos al horno 20 minutos (dependiendo de cada horno).
En el momento de sacarlos untamos con un pincel el almíbar de limón que teníamos reservado.
Para la ganache, derretimos el chocolate al microondas de 30 en 30 segundos.
LLevamos la nata a ebullición y añadimos al chocolate batiendo sin parar para que no se nos queme. Añadimos el zumo concentrado y seguimos batiendo hasta que quede totalmente integrado.
Dejamos reposar 24 horas a temperatura ambiente.
Al día siguiente montamos con la batidora de varillas. Metemos en una manga con boquilla rizada y decoramos nuestros cupcakes.
Nosotros hemos realizado unas flores con fondant también de Patricia Arribálzaga.
Un resultado delicioso, la acidez de la frambuesa con el dulzor del chocolate blanco combinan a la perfección. Miguel y Candela como es habitual los disfrutaron muchísimo.
Para el bizcocho:
-200 gr de mantequilla a temperatura ambiente
-200 gr de azúcar
-ralladura de una naranja
-1 cucharada de zumo de naranja
-300 gr de harina tamizada
-4 huevos M
-12 frambuesas enteras (pueden ser congeladas pero deberemos descongelarlas antes de ponerlas en nuestros cupcakes)
-almíbar de limón (50 gr de zumo de limón, 50 gr de agua y 100 gr de azúcar, llevamos a ebullición y retiramos del fuego)
Para la ganache:
-300 gr de chocolate blanco
-50 gr de nata
-40 gr de zumo de naranja previamente concentrado (120 gr de zumo natural que llevamos a ebullición hasta que quede 1/3 del líquido)
Tambien podéis hacerlo con una ganache normal sustituyendo la naranja por 40 gr más de nata.
Precalentar el horno a 180 grados.
Batimos la mantequilla con el azúcar hasta que blanquee. Añadimos los huevos ligeramente batidos poco a poco y seguimos batiendo hasta que se integren. Ponemos el zumo y la ralladura de naranja. Añadimos por último la harina en tres tandas y mezclamos lo justo hasta integrar.
Ponemos masa en la base de los moldes, colocamos una frambuesa y seguimos llenando con la masa hasta las 3/4 partes.
LLevamos al horno 20 minutos (dependiendo de cada horno).
En el momento de sacarlos untamos con un pincel el almíbar de limón que teníamos reservado.
Para la ganache, derretimos el chocolate al microondas de 30 en 30 segundos.
LLevamos la nata a ebullición y añadimos al chocolate batiendo sin parar para que no se nos queme. Añadimos el zumo concentrado y seguimos batiendo hasta que quede totalmente integrado.
Dejamos reposar 24 horas a temperatura ambiente.
Al día siguiente montamos con la batidora de varillas. Metemos en una manga con boquilla rizada y decoramos nuestros cupcakes.
Nosotros hemos realizado unas flores con fondant también de Patricia Arribálzaga.
Un resultado delicioso, la acidez de la frambuesa con el dulzor del chocolate blanco combinan a la perfección. Miguel y Candela como es habitual los disfrutaron muchísimo.
Carlota
me ha enviado un mail que me ha emocionado y me ha recordado una
carta de Victoria quizás poco relevante, pero de la que surge con
fuerza el icono de la libertad. En ella dice:
“Querida,
no vas a creértelo, pero he decidido coger el toro por los cuernos.
Ya estoy harta de la angustia que provoca en James su pasado y la
relación que me une a él. Así pués, en un desapacible día de
invierno he cogido a James de la mano y antes de dejarle en el
trabajo le he conducido hasta el Monumento al Gran Incendio de
Londres de 1666. Hemos ascendido hasta la cúpula de esta columna
dórica y le he mostrado la ciudad a sus pies, próximos al epicentro
del incendio, la panadería del Rey en Pudding Lane. Quería evocale
a Victoria y a la lucha que se mantuvo en esta ciudad que ahora
contemplamos, desde la atalaya de la democracia, antes de arrastrarle
hasta la estación de Liverpool y deternos ante el memorial a
Nicholas Winton. Le hago observar durante unos segundos las figuras
de los niños allí representados y le señalo con el índice una
especialmente querida. Viendo a la niña de las coletas trenzadas le
he rogado que perdonase a su abuela, que se reconciliase con su
memoria, pues no fue sino en su lucha por la libertad, la que le
costó una vida cómoda y la catapultó a una vorágine de violencia
y odio, como acabó perdiéndola. Lentamente ha sacado la vieja
fotografía del bolsillo interior de la americana, la ha mirado con
dureza y al fin, ha roto a llorar. Le he estrechado con la mayor
dulzura de que he sido capaz y he comprendido, que después de tanto
tiempo, ha llegado su redención. Hoy es más libre que ayer o
debería decir, lo somos.”
Estoy
encantada con esta noticia que aleja algunos de los fantasmas que me
enemistaban con James y me recuerda el fragmento de una carta de
Victoria donde un hombre negro comenzaba a fraguar un sueño:
Querido Andrew:
Tiene veinticuatro años
y un extraño brillo en la mirada; tras sus gafas de pasta una mirada
firme pero conciliadora amaga un rictus de sonrisa comedida. Viste un
traje gris marengo con camisa blanca y corbata negra; bajo el
sombrero una frente amplia y un pelo muy corto ensortijado le
confiere un aire de chico bueno. Cuelga de su brazo su prometida
Coretta, una jovencita con vestido de flores estampado por encima de
las rodillas, bailarinas beige y gafas de montura metálica. En
verdad hacen una hermosa pareja y les auguro una larga vida de
felicidad. Han venido invitados por Bessy quien tiene una fe ciega en
este pastor protestante de Atlanta, graduado en teología en la
universidad para negros de Morehouse College y residente en
Montgomery. Martin tiene el empuje de la juventud y un dogma
contagioso de amor y pasión por lo que cree y embelesadas por sus
palabras asistimos a la confirmación de un líder; no aboga por la
violencia sino por la conciliación, desecha la discriminación y
aspira al sufragio universal. Le seguirán en masa, no me cabe duda,
como lo haremos Bessy y yo misma auspiciadas por unos razonamientos limpios y contundentes. Cuando han partido, a la hora del té (que
aquí no se toma), ha quedado un halo de espiritualidad por la casa;
sus denuncias no están hechas de reproches sino de manos tendidas.
Les hemos acompañado a tomar el autobús a Newark de donde han
salido agitando la mano a través de la ventanilla. Los individuos se
hacen fuertes a través de la razón y nadie la tiene más que Martin
Luther. Su sueño es el sueño de los hombres libres y nadie como yo
entiende de eso.
Aquí se vive ajeno a
los aconteceres de Europa; sabemos lo que la prensa cuenta, apenas
migajas de lo que se viene cocinando en Londres sobre el perdón
económico a Alemania. Me indignan estos economistas que basados en
el pragmatismo a todo le confieren aspecto numérico, todo tiene un
valor, incluso el perdón; y así asistimos a la quita de la deuda
contraída con el mundo, la segunda en apenas unos años y debemos
conformarnos pensando que no hay mal que por bien no venga, ya que
haciendo fuertes a los alemanes estamos frenando el poder de los
rusos en el este de Europa. ¡Vaya falacia! Aquí persiguiendo
comunistas y en Europa bloqueándoles el paso convirtiendo al enemigo
en un aliado circunstancial. Cada día estoy más perpleja y los
derroteros que adquiere este mundo comienzan a asquearme. Y tú, ahí
en medio, viendo el ir y venir de los estadistas dando por el culo a
los que se quedaron en las playas de Normandía, en la estepa rusa y
en los campos de Francia. Haz la espantada y deja que con su pan se
lo coman; la tahona nos permitirá vivir de nuestro trabajo y sino,
ya apechugaremos con lo que venga, que en peores hemos estado, ¿o
no? Voy preparando el cuarto por si he conseguido convencerte aunque
lo dudo. En cualquier lugar y en cualquier momento tu propósito
será reconocido; no dudes que también entre los tuyos. Una mujer
entre negros libres, Victoria, 1953.
Qué recuerdos… yo también hacía eso con las pestañas. Ahora hijo, si estamos delante y no pedimos con el el deseo se enfada. Que inocencia tan bonita…
ResponderEliminarLos cupcakes, quién los pillara?
Preciosos recuerdos, que ahora tu hija te hace recordar, bueno yo seria feliz, con un pastelito de estos para el desayuno, son una verdadera preciosidad, ademas de ricos me han encantado. Mil besicos tesoro
ResponderEliminarOhhh, Ángeles qué pasada de cupcakes, el ganache de choloate blanco me encanta, igual puedeo sustituir las frambuesas por otra cosa, porque en casa no nos van mucho. Gracias por la receta. Que seas feliz tú también. Un besico y buen fin de semana.
ResponderEliminarMe encantan !!! Te han quedado super preciosos. Un besazo enorme. Espero que todo fenomenal. Feliz finde !!!
ResponderEliminarMadre mía que bonitos y que riqísimos! Me encantan! Un besote. La Caja de las Delicias
ResponderEliminarAl fin y al cabo los hijos no dejan de ser en muchas ocasiones, una imagen de sus padres....
ResponderEliminarY cuantas cosas no hacen recordar ¡¡¡¡¡
Tus cupcakes tienen una pinta de morirse y las flores son preciosas.
Besitos
Mercedes
Mmmmmmm como me gusta esta combinación!!! Me encanta la receta, muchas gracias!! Un besazooo
ResponderEliminarBonita costumbre, es algo que también mi hermano y yo solíamos hacer. De hecho, yo aún soplo mis pestañitas.
ResponderEliminarMe encantan estos cupcakes, son preciosos y tienen que estar muy, pero que muy buenos =)
Las flores son una monada ^^
Un besote y a soplar!=)
Mmmmmm!! Si saben todo lo bonitos que son, estos cupcakes deben de estar riquísimos. Enhorabuena por la presentación. Te han quedado monísimos!!
ResponderEliminarBesos,
Arantxa
Hola guapa!
ResponderEliminarQué buenos recuerdo aiiiinsss
Te han quedado unos cupcakes preciosos, además de deliciosos.
Un beso muy grande!
Simplesmente Divino... Huuuuuuuummmmmmmm!!!
ResponderEliminarFeliz dia Internacional da Mulher!!!
Beijos Márcia (Rio de Janeiro - Brasil)
http://decolherpracolher.blogspot.com