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viernes, 17 de mayo de 2013

Mesa dulce para el cumpleaños de mi princesa


Celebrar este año el cumpleaños de Candela ha supuesto un reto de grandes proporciones. Hemos procurado darle una sorpresa inolvidable preparándole una mesa dulce, nuestra primera mesa dulce, para eso el esfuerzo en la preparación ha sido notable. Han sido varios días de trabajo entre hornear y decorar en los que hemos participado todos en casa. La tarea ha merecido la pena. Recordaremos durante mucho tiempo esa carita de niña embobada contemplándolo todo: las galletas decoradas, las linzer, las dos chocolates, los cake pops, el árbol de gominolas y esa tarta de color rosa que tanto le gustó. Horas de labor con las viejas cajas de fresas hasta conseguir un acabado satisfactorio, con los pompones de  papel de seda lentamente compuestos, buscando el lugar idóneo, el rincón perfecto. 
Y ella de anfitriona. La reina de la fiesta, agasajada y mimada por todos. Cuando se acostó, exhausta, todavía perduraba la sonrisa en su cara y esa ha sido la mayor de las recompensas. 
Esperamos que también os guste a vosotras/os que como yo disfrutáis de las cosas hechas con dedicación.




La guirnalda de mariposas, así como las pajitas que la sujetan, palitos para cake pops, cortadores utilizados (letras, flores,...), frosting de fresa, candy melts, sprinkles, todo de la tienda de María Lunarillos. 
Las cajas donde pusimos las galletas decoradas (receta aquí y glasa aquí) y las dos chocolates (ver receta aquí), son unas viejas cajas de fresas que también reciclamos para la ocasión, pintando y decorando con servilletas de papel.
Los platos y vasos de papel rosas y blancos son de ikea, al igual que las dos botellas donde colocamos las pajitas, que decoramos con washi tape y cuerda de esparto.
Los cake pops los clavamos en una esponja verde de floristería que previamente forramos y decoramos con washi tape y papel de seda rosa, para finalizar colocamos dos pompones, uno a cada lado, realizados con el mismo papel de seda y de un tamaño mucho más pequeño que los que colgaban del techo. 
Con toda esta explicación, espero que todavía os queden fuerzas para seguir con nuestro relato:


Todo ello ha mermado mi lucha en la recomposición del pasado de Victoria y de nuevo debo agradecer a Margot Salinas su aparición para dar una pincelada más en el devenir de una historia que avanza sin denuedo. Todavía enfrascada en la recuperación de los retazos de la entrevista a Suri y mientras se afanaba en la lectura de antiguos simposios, dio con algo no carente de interés para mi y que explicará algunos fragmentos de la existencia de Victoria en los días posteriores a la partida de Andrew.
Margot tiende un hilo desde el otro lado del océano desde donde cuelgan retazos de una vida. 




Varios historiadores, especialistas en la Segunda Guerra Mundial, reunidos a principios de nuestro siglo, presentan una publicación universitaria en que página a página numerosos héroes se suceden en una nómina inacabada. Uno de ellos expone una línea argumental que entronca con nuestro pasado. Margot lo visualiza y copia para nuestro conocimiento los siguientes datos del artículo: Estamos en el verano de 1941, en Creta, Grecia, con las montañas blancas dibujando un horizonte que se recorta sobre la bahía de Suda, más al sur del farallón de Malaxa, exhautos y desesperados, divisando un desolador panorama de embarcaciones hundidas y cascos cercenados ; con temperaturas extremas, y un futuro poco esperanzador, Thomas Murray (recordad al hermano de Annie que  paseaba a nuestros protagonistas  hasta la granja en su flamante automóvil),  se encuentra al mando de un grupo heterogéneo donde los británicos se mezclan con griegos harapientos, de ropa hecha jirones. Van a ser meses duros de ataques sin descanso, de evacuaciones de efectivos desnutridos en buques de vapor expuestos al fuego enemigo. Pese a su pujanza, tiritan de frío y de pavor en las trincheras de playas donde no paran de llegar vehículos anfibios que vomitan soldados bien pertrechados y protegidos por una aviación inclemente. Thomas escribe informe tras informe buscando un modo de evitar las pérdidas humanas que de sol a sol entierra bajo las finas arenas de Creta. Ese es su laberinto y el minotauro se abate sobre su conciencia; sus armas son escasas y aunque consigue herirlo, el poder del mismo es ilimitado. Ve a sus hombres clamando a la bella luna de poniente reflejada en las aguas del Egeo, en sus propias Termópilas, como un Leónidas a las puertas de la muerte defendiendo a sus trescientos. ¿Por qué será que Grecia erige hombres casi dioses?
Meses más tarde, un cartero lleva una carta certificada al domicilio de los Murray en Cambridge. Cuando su silueta todavía no se ha perdido entre los ribazos de campos en barbecho, y ante la atónita mirada de los corderos balando en las corralizas, Annie ya conoce la noticia. El Gobierno notifica de modo aséptico que el capitán Thomas Murray fue abatido en la playa de Sfakia defendiendo un pedazo de libertad junto a sus hombres. Ninguno de ellos conseguiría regresar. Lacónica y sucinta termina la narración. El membrete y la firma del general la cierran. Annie sale corriendo y se refugia en el cobertizo anexo, su madre se derrumba sobre la misma entrada y a duras penas consiguen llevarla al interior. El padre la vela. Junto a Annie camina Suri envuelta en un negro mantón de lana con que cubrirá los hombros de su madre. Es un eco de su dolor y las lágrimas brotan indominables. A pesar de haber visto a tantos caer, el dolor la lacera. Es su carne la que se hunde en las azules aguas del Egeo y su odio crece hasta el paroxismo. ¿Cómo dominar la ira que se ha apoderado de ella? Suri es la de las dulces palabras, se ha acurrucado junto a ella para darle calor con su delgado cuerpo, y besa sus mejillas una y otra vez. ¡ Es tan dulce el consuelo de la niña! Poco a poco el calor se apodera de ambas y entonces la fortaleza de Annie se impone y se apresura a la vera de su madre que todavía yace exhausta sobre el jergón del dormitorio. La hace reaccionar y aunque deberá pasar un tiempo de agonía, las fuerzas retornarán a su espíritu y luchará, como cada día desde un remoto pasado, por los que todavía caminan con los vivos. Victoria tardará algunos días en conocer la noticia y no se demorará para tomar un autobús y presentarse en la granja. El silencio se ha adueñado de todo. Annie esboza una sonrisa efímera a la que corresponde Victoria con sus brazos. Se funden en el dolor. Puedo imaginarme a Victoria partiendo rauda al encuentro de Annie, su abrazo extenueante y las lágrimas saladas mezclándose en sus mejillas; las palabras sin consuelo, aferrada a su cintura, perdiéndose en largas peroratas en un lento caminar hacia un horizonte que se las va tragando en el crepúsculo de la tarde.
Annie tiende a Victoria un fragmento de nota encontrado al fondo del sobre. Es del puño y letra de Thomas, sin duda escrito en sus últimos días en Creta. Cómo ha llegado hasta este sobre es un misterio, pero resume el sentimiento que sin duda le embargó en el verano de 1941:



“...somos rocas golpeadas por las olas una y otra vez. Nos erosionamos, nos pulimos y resurgimos brillantes entre la espuma para mantenernos firmes. Los más débiles sucumben, se dejan arrastrar por la marea, se pierden en el abismo insondable de un mar embravecido. Pero los que permanecemos pegados al subsuelo sólo sentimos la caricia de una tempestad que poco a poco revierte en calma. Sabemos que volverá, y aquí estaremos, haciendo frente común con un propósito ineludible. Aún tenemos corazón aunque el mar lo haya perdido.”


Por el camino que se aleja de la granja se alarga la sombra de María del Carmen y de Julen arrancando flores para ellas. Suri es una adulta que pasea junto a ellas observando las piedras del camino. Ellas conversan. Una consuela a la otra con la cercanía de su amor. La otra se deja hacer mecida por el placer de quienes la rodean. Annie eleva el pensamiento hasta su hermano, que aunque enterrado en otras tierras perdurará vivo en su memoria. Se sabe necesaria y debe reponerse como único sostén para los suyos. 
Sobre el autor o autora de este texto nada puede saberse, pero que estuvo presente parace razonable.  Quizás el padre de Annie o su misma madre, ¿quién lo sabe?
Margot me adjunta una copia del manuscrito y no puedo por menos que sobrecogerme por esas pocas líneas que resumen el sentir de un pueblo, de muchos pueblos, para salvar un mundo abocado al desastre absoluto.


Hoy intento explicar a mis hijos, hablando del globo en que habitamos, cómo se configura, qué países y razas lo pueblan; y no puedo evitar pensar en Thomas, en tantos y tantos Thomas, entregados sin dudar a preservar un pensamiento libre, el de los hombres que no se dejaron someter por razones endebles al capricho de la sinrazón. Y llegados a este punto, hay días en que cuestiono si con todos sus pesares y flaquezas, inmersos en tanta pesadumbre, no fueron más libres que nosotros.
Quiero leer a Victoria y conocer de su mano qué ocurrió tras este luctuoso episodio, pero en el último instante me detengo. Vuelve Carlota desde Londres. También yo quiero caminar con ella hacia el ocaso y contarle novedades. Quizás también ella las traiga. La espero con ilusión. No faltes a tu cita.

24 comentarios:

  1. Por favor, Angeles, que mesa tan bonita…
    A tu niña se le caerá la baba con esta mamá que tiene.
    Felicidades!!!, está preciosa.

    Por cierto, si yo hubiera tenido niña, también la habría llamado Candela.
    Buen fin de semana.
    Vir

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  2. Una fiesta maravillosa, tu princesa debió quedarse con la boca abierta!!!! Me ha encantado todo, pero lo que más, esa tarta tan preciosa.
    Enhorabuena! El esfuerzo ha valido la pena.
    Besos

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  3. Ángeles pero que rosa todo y que maravilloso!!!
    Lógico que Candela se fuera a dormir con una sonrisa en la boca..me gusta todo, te quedó genial!!!
    Ahora toca descansar ;)

    Un abrazo,

    María

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  4. Muchísimas felicidades a tu princesa, le has hecho una fiesta maravillosa, que seguro que recordara en el futuro! Enhorabuena, la mesa dulce es espectacular, no sabría que destacar entre todas las delicias que le has puesto. un beso :)

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  5. Uaaauuu...!!! Que bonita, que contenta se pondría, eh??? Te quedó todo superbien!

    *Pilar*

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  6. Me encanta :), ¡cuanto arte tienes!, además el rosa es uno de mis colores favoritos, que lindo todo, Un beso

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  7. Ohh que preciosidad!! Algun día espero tener hijitos para poder hacerles una cosa asi!!! Que maravilla, besos!!

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  8. Qué maravilla de preparación, me han encantado las cajas de fresas reconvertidas, preciosas, me imagino que quedaría encantada tu princesa. Enhorabuena, tienes muy buen gusto. Un besico.

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  9. oooh qué chula¡¡ me encanta la decoración que has puesto, los dulces, las cajas de las fresas tuneadas... te quedó genial¡¡

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  10. Wow! Que hermosa mesa!
    te cuento que mi beba esta por cumplir su primer añito!!
    y tu idea me encantooo!

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  11. Es una mesa preciosa, no le falta detalle. Enhorabuena supermamá
    Besotes

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  12. ¡Vaya mesa tan espectacular preparaste! Seguro que encantó!!
    Ana de JUEGO DE SABORES

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  13. Qué pasada!!!! Yo quiero volver a ser pequeñita y tener una mamá como tú jajaj. Me encanta :)

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  14. Hola!

    Vaya súper mesa que le preparasteis!!! Normal que le encantara, me encantaría recibirla hasta a mí! jajajaja. Las cajas de fresas os quedaron genial, así que todo el trabajo que os dió os mereció la pena ;).

    Quería comentaros también que os he dejado un premio en mi blog, así que cuando queráis, podéis pasaros a recogerlo!

    Un besito

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  15. Que bonita os ha quedado! Enhorabuena y un biquiño

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  16. Pero qué bonita te ha quedado. Me ha encantado y muchas felicidades a la protagonista. Besos

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  17. que bonita mesa!!! me encanto! :) hermoso blog! me quedo por aca!

    Saludos desde Uruguay!

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  18. Desde luego que Candela no va a olvidar nunca la fiesta que la has preparado. Y por supuesto que nos han quedado fuerzas para seguir la historia de Margot. Besooos

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  19. ojalá que cuando yo sea madre sea una madre tan chula como tú! MADRECITA! qué suerte Candela!!! es... genial! los invitados debieron alucinar igualmente! :)

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  20. ¡Ángeles! Me encanta la mesa dulce que con tanto cariño preparaste a tu hija. La tarta tenía una pinta estupenda y las cajitas de fresas decoradas me parecen una idea muy ingeniosa.

    El relato.... me voy corrindo al siguiente capítulo, que gracias a que lo tengo pendiente de leer, hoy disfruto doblmente.

    Un beso.

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  21. Qué preciosura de mesa! Oye, gracias por pasarte por mi blog. Me ha encantado conocer tu blog, así que me quedo por aquí y te sigo. Besos

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  22. Que preciosidad de mesa! y que buena pinta tiene todo!! espero que tu hija se lo pasara bomba! si tienes tiempo pásate por mi blog porfi! http://laimaginaciondeafri.blogspot.com.es/

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Me gustan tus comentarios, me encanta leerlos todos, gracias por molestarte en escribirlos.

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