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domingo, 3 de febrero de 2013

Galletas para San Valentín




Carlota ha pasado la noche roncando aunque diga que ha dormido mal extrañando su cama. A mi los nervios no me han dejado pegar ojo. No sé lo que busco ni cómo hacerlo. Seguramente es una insensatez estar aquí. Pero al fin y al cabo, ¿no están los sueños hechos de insensateces?. Aprovecharemos la estancia para recorrer las calles de la luz, comiendo croissants y visitando las más afamadas pastelerías del mundo, no en vano algunas son mi paradigma: los macarons de Hermé o de Ladurée, los cupcakes de Synies, o los chocolates que llenan las patisseries de la ciudad. Ya el viaje será un éxito de michelines añadidos y grasas inevitables, pero habrá merecido la pena. Tras desayunar en el hotel quiero recordar a Victoria y leo otra de sus cartas, antes de enfrentarme a un pasado de inciertas consecuencias en la oficina de correos. Seguramente nada quedará, todo habrá sido destruido tras otra guerra, una ocupación y cambios de gobierno hasta el nuevo siglo. No diré que no lo he intentado.




No soy yo muy de celebrar San Valentín, pero desde que comenzó mi afición por las galletas decoradas, es una excusa tan buena como otra cualquiera. 
La receta de la masa la tenéis aquí, en este caso con aroma de vainilla, una vez preparada la masa, dividí en 2 partes y una de ellas la teñí de color rojo; y decoré con la receta de glasa que vimos aquí.


Querido Andrew:
Los días son extremadamente cortos este diciembre de frío y escarcha. Estamos en fechas navideñas y se acrecienta tu ausencia. Es por eso que Annie se ha empeñado en que pasemos algún día con su familia en el campo.
Ha venido a buscarnos su hermano Thomas en su flamante Austin y todos acomodados hemos  disfrutado de la salida de la ciudad circulando entre árboles cenicientos, viendo el deambular cadencioso de las institutrices, el trote altanero de los jinetes de domingos alegres y el presuroso circular de los vehículos a motor por Picadilly. Y mi mente se esfuerza en disfrutar de un día, acaso un solo día, sin evocar al dolor, con tu amable recuerdo imaginando que también tu descansas de mil batallas entre libretas ajadas y lápices gastados, que sonríes al aire que acaricia tu rostro desde campos yermos, heridos, solitarios; entre gentes afines, todos aterrados, tamizados de chinches y pulgas en los catres, rostros polvorientos y manos cuarteadas.
Llegados a la granja, próximos a Cambridge la calma se respira, atravesando barrizales y pastizales inmensos se observan los rebaños pastando en la pradera, y tanto Julen como María del Carmen se contagian de la algarabía de los animales inquietos y miran a ambos lados a los canes flanqueando nuestro paso, los labriegos con los aperos al hombro y las caballerías encorvadas del peso que cubre las alforjas. Su familia nos ha acogido con alegría y devoción, procuran desviar mi mirada huyendo de mi desdicha y se muestran comprensivos y amables con los niños. Para la cena, coles y salchichas con puré, guisantes y batatas. Todo un festín en los tiempos que corren. Comemos con avidez, el campo nos ha abierto el apetito y el paseo que hemos dado por los alrededores del brazo de Annie nos ha servido de esparcimiento. Ella me habla sin elevar la voz, como un torrente silencioso de palabras, de España, cuyo espacio aéreo está invadido por alemanes e italianos colaborando con las fuerzas nacionales y del molesto zumbido de las bombas cayendo entre edificios sin hechuras. No me oculta la cruel realidad, la del tren del dolor en que cauterizó heridas y cosió abdómenes abiertos, la del hospital de enlosadas paredes donde reside la pena. ¡Cuántas veces no ha llorado a espaldas de esos héroes que agonizan en sus manos! ¡Cuántas veces no ha deseado la quietud de su hogar! Y sin embargo, añora en la distancia la feroz resistencia, el coraje inmenso de las gentes pobres. Las dos nos consolamos en nuestro mutuo dolor.
Llegados a la casa nos espera un ponche caliente y un fuego reparador; y así, con las fuerzas repuestas entonamos una canción para María del Carmen. Quizás aún la recuerdes .

Baa, baa, black sheep,
have you any wool?
Yes, sir, yes, sir,
three bags full;
one for the master,
and one for the dame,
and one for the little boy
who lives down the lane.
(Bee, bee, oveja negra/ ¿tienes algo de lana?/ sí, señor, sí, señor / tres sacos llenos; / uno para el caballero / y otro para la dama/ y el otro para el pequeñín / que vive al final del camino.)

 Con ella se duerme la niña entre algodones y mantas, con una sonrisa en el rostro y aferrada a la mano de su hermano.
Hemos cortado el árbol, pero pondré el belén recordando mi esencia; quiero que Julen se sienta como en casa; le llenaré el buche de mazapanes y polvorones hechos con mis manos; y bajo las luces, por pequeño que éste sea, tendrá un regalo el día de reyes, como mi María del Carmen, como mi Annie. Será muy poca cosa, pues el bolsillo anda enflaquecido, pero estará henchido de amor, que al fin es lo que queda. También tú lo tendrás pues te lo guardo, bajo siete llaves esperando tu vuelta. Se percibe el fin en la prensa que llega, pues os van echando de casas y caminos, os llevan a la frontera indicando una salida. Acéptala aunque me pese. Vuelve a mi para hacer más liviano mi futuro. Deseo tanto sentirte entre mis brazos que la rabia me consume y te odio; te odio por tu valor, por tu lejanía, por tus principios; y por lo mismo te amo. Tuya en la distancia. Victoria, Cambridge a 30 de diciembre de 1938.



9 comentarios:

  1. ¡Preciosas! Estoy deseando aprender a utilizar la glasa para decorar galletas. ¿Tienes algún truquillo para que cuando la prepare me salga bien?
    Besos.

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  2. Hola, pásate por el blog que tengo una sorpresita para tí.
    Cupcakes: Magdalenas Historiadas
    Un beso.

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  3. Te quedaron geniales!!
    Da pena comerselas ;)

    Un abrazo,

    María

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  4. Gracias chicas,
    María del Carmen, la verdad es que no creo que haya ningún truco, el mismo que con toda la pastelería creativa, paciencia y perseverancia.
    Un abrazo

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  5. Hola Ángeles, han quedado preciosas, yo por ahora solo me atrevo con el fondant, con la glasa todavía no. Un besico. Tatiana



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  6. Anímate Tatiana, que no es tan difícil cómo pueda parecer.
    Besos

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  7. Ohh pero que galletas tan bonitas! me encantan, de verdad que os admiro a todas las que haces galletas, tartas ¡sois unas artistas! Un beso bien grandote muaa

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    1. Gracias!!! no es mas complicado que cualquiera de vuestras recetas, de veras, solo práctica!!
      Un beso

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  8. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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